miércoles, 5 de febrero de 2014

Día 86: Pues sí... ¡en Barcelona habemus Piojito!

Llevaba tiempo sin dejar ninguna entrada en el diario de a bordo, pero es porque he estado terminando el B1 de Catalán, buscando trabajo, andando para arriba y para abajo sin control alguno y con ganas de comerme el mundo, y con muchas ganas de conseguir al fin alguno de los objetivos de mi estancia.

Quiero dejar constancia hoy de una curiosidad dominguera de mi barrio... y es el mercadillo, a lo que los gaditanos llamamos normalmente con el nombre propio Piojito (la palabra que se le ha quedado en mi tierra, quizás porque cuando hay mucha gente se está como piojo en costura, o lo que es lo mismo: no cabe ni un alfiler).

Lo instalan todos los domingos por las mañanas en la zona de la Fira, que viene a estar cerca del Bauhaus, a eso de diez minutos de casa, y para encontrarlo sólo hay que seguir el rastro de gente que vuelve con bolsas.

El Piojito de Barcelona
¿A quién de Cádiz no le suena esta estampa? Y las voces de los comerciantes son exactamente las mismas. Como vocean como en casa (ese acento de piojito cerrao), uno se siente a gusto en ese lugar, pese al sol y a la gente, y como el de casa hay un poco de todo: encurtidos, ropa barata, cortinas, almohadas,...

Luego de dar una vuelta por el Piojito nos dio por ir a una localización de la red urbana de huertos, que son masías divididas en parcelitas que están cuidadas por gente (generalmente jubilados), y que cultivan sus cosas en mitad de la ciudad. En mi zona tengo la Masía de Can Mestres, que tiene también un pequeño establo con su penetrante y característico olor a granja (lo que viene a ser estiercol), en la ladera del Montjuïc que me pilla más cerca. Al público sólo abren los fines de semana y los festivos.

Huerto de Can Mestres
Una Masía es una construcción típica de Cataluña, y viene a ser equivalente al Cortijo Andaluz, sólo que en lugar de construirse en torno a un patio, es una casa solitaria y que suele tener dos pisos en lugar de uno. Al igual que los Cortijos su existencia proviene de las Villas Romanas. En Barcelona es muy famosa la Masía del Barça (cuyo nombre auténtico es Masía de Can Planas) porque ahí es donde se formaban los futbolistas.

¿Qué voy a hacer ahora que tengo el B1 de Catalán? Pues obviamente, buscar trabajo. ¡En alguna parte tiene que estar, digo yo! Y por supuesto, seguir explorando esta ciudad a golpe de Curriculum Vitae.

¡Nos vemos pronto!

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